Papas
Imagina probar una papa con el mismo sabor de las de hace 500 años. Esto es posible en Canarias.
Aquí seguimos cultivando variedades antiguas que proceden directamente de las que se trajeron desde Sudamérica tras la conquista.
Si vas al mercado, dependiendo de la época del año, es normal encontrar variedades antiguas como Azucenas, Bonitas, Negras, Pelucas, etc., protegidas por la D.O.P. “Papas Antiguas de Canarias”. Todas ellas se consumen principalmente “arrugadas”.
Y es que los canarios comemos papas casi a diario. Las más ricas son las variedades antiguas, que se cultivan en las medianías de las islas y en pequeños huertos para consumir en las casas, aunque se pueden encontrar hoy en día en numerosos restaurantes.
Antiguamente hasta se utilizaban como moneda de cambio por otros productos. ¡Como si fuera oro!
Desde Canarias, muy pronto, se distribuyeron a toda Europa.
Para acompañar a las papas, nada mejor que un buen mojo.
También lo disfrutamos acompañando a las carnes, pescados, verduras o como aperitivo con un poco de pan.
Mojo significa “salsa” en portugués. ¡Gracias Portugal por poner nombre a nuestra salsa tan rica!
Según cuentan nuestros abuelos, el mojo surgió del tráfico comercial entre América, Europa y África. Gracias a nuestra situación privilegiada entre estos tres continentes. Muchos de los barcos que recalaban en nuestras costas, traían las distintas especias que se incorporan a las salsas. El famoso “mojo picón” se hace con pimientas palmeras picantes.
Normalmente los hacemos machacando en un mortero unos ingredientes básicos: aceite de oliva, vinagre, sal y ajo. A esta pasta se le añade según el mojo que se quiera elaborar: pimienta palmera, pimiento verde y rojo, pimentón, comino, cilantro, perejil, almendras, agua, azafrán, tomate, queso, etc.
Ahora nuestros chefs hacen combinaciones innovadoras introduciendo ingredientes como la canela o la tinta de calamar.